Todas las emociones son importantes. Las emociones nos advierten de peligros, nos empujan a ser mejor persona, nos ayudan a compartir con los demás, en definitiva, nos dan una información valiosísima.

Gracias a las últimas investigaciones sobre la plasticidad del cerebro sabemos que podemos cambiar nuestros patrones negativos y creencias para poder enfocarlos a la mejor empresa que puede uno aspirar: ser la mejor versión de uno mismo.

Los niños tienen la oportunidad de aprender a utilizar su brújula emocional y conformar patrones y creencias que les lleven a tener una buena autoestima y realización personal. De nosotros depende que mantengan la confianza natural en sus emociones e intuición o que desconecten de ellas y que entreguen sus acciones a fuerzas externas sin cuestionarse si es o no bueno para ellos. De esta forma se conocerán, comprenderán a los demás y crearán su propio sistema de valores.

Hasta ahora padres y educadores se centraban en el comportamiento de los niños y en la modificación de su conducta: castigo y refuerzo eran las armas con las que contaban para tener niños “bien educados”. Hoy en día contamos con otra herramienta más importante: enseñarles a entender qué les pasa y hacerles ver que tienen opciones. Nuestra profesora @pedagoque ha diseñado este material para trabajar las emociones: alegría, tristeza, enfado, indiferencia, miedo, asco y calma.

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¿En qué consiste?
➡️En la primera ficha debemos UNIR cada emoción con su descripción. Así conocemos qué significa cada una de ellas.
➡️En la segunda ficha UNIMOS cada emoción con su función. Esto nos permite dejar al lado los PREJUICIOS y saber bien a que nos ayuda cada emoción.
➡️Después tenemos fichas para cada EMOCIÓN y para describir dos momentos del día (o de la semana) que nos hayan hecho sentir así.