Cada vez son más los padres y docentes que están apostando por el Mindfulness o la práctica de la Atención Plena y experimentando todos sus beneficios. Mindfulness es la capacidad de estar presente y vivir plenamente cada instante. Presente no solo con la actividad que realizamos sino siendo conscientes de lo que nos pasa dentro también, pensamientos, emociones, sensaciones… todo forma parte de nuestra realidad. Lo que sucede es que solemos vivir abstraídos por nuestra mente y nos movemos de forma automática mientras la vida nos pasa por delante.
El Mindfulness nos amplía la capacidad de estar conscientes, de escuchar nuestra guía interior y desarrollar aptitudes y valores que mejoran las relaciones y el ambiente en el aula y en casa. Aunque se ha introducido hace relativamente poco en nuestro país ya hay estudios que han constatado sus múltiples beneficios entre los que podemos destacar:
Ya que las mayores dificultades que presentan los niños con TDAH son el mantenimiento de la atención prolongada y de objetivos además de dificultades a la hora de canalizar sus reacciones, comenzó a investigarse cómo el Mindfulness podía aportar sus beneficios orientados precisamente en esas áreas. Una gran investigadora en esta materia, la psiquiatra Lidia Zylowska, diseñó una versión del MBSR adaptada especialmente a las personas con TDAH. Ella explica las razones que le llevaron a aplicar estas prácticas con sus pacientes:
“Claro. Es una idea bastante inusual, pero cuando tú profundizas en lo que es Mindfulness y en lo que es el TDAH, se hace más aparente que todo calza bien. El TDAH es (…) un trastorno de la autorregulación, y aunque enfatizamos el hecho que es un déficit de la atención, en realidad es mucho más un problema con la regulación de la atención. También la regulación emocional puede ser un problema, y también la autodirección de la conducta puede ser difícil, con la impulsividad (…). Pero si piensas en Mindfulness como una herramienta de autorregulación, entonces tiene sentido aplicarla al TDAH.”
“(…) y es cierto también que cuando piensas en la hiperactividad del TDAH, sentarse quieto a meditar puede parecer una contradicción. (…) y crear una especie de tortura para ellos al pedirles que se sienten sin moverse. Pero si piensas en Mindfulness más como una práctica diaria o un estado que puedes entrenarte para alcanzar en el medio de tu vida diaria, yo pienso que ese aspecto de Mindfulness puede ser de mucha ayuda para alguien con TDAH, ya que es justamente ahí donde está la acción. Es ahí donde emergen los patrones del TDAH. Cuando estás haciendo una tarea, cuando estás hablando con alguien, cuando estás en el trabajo, cuando estás en la escuela, tratando de hacer algo, ahí es cuando los obstáculos propios del TDAH aparecen, y por eso es importante ser capaz de activar un estado de Mindfulness en el medio de todo ello.”
Esta psiquiatra dirigió un estudio en el que se demostró que Mindfulness disminuía los síntomas del TDAH y también de depresión y ansiedad. En la investigación se realizaron mediciones neuropsicológicas de las funciones atencionales y se observó una clara mejora en la ejecución de estas tareas después de haber recibido el entrenamiento en MBSR.
De forma paralela los adultos que conviven con estos niños se benefician también de esta práctica ya que pueden vivir la relación de forma más consciente y menos reactiva mejorando su interacción con ellos. A la vez encuentran mayor satisfacción personal ya que estas prácticas nos conducen a un estado de mayor serenidad y paz interior.
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