No puedo parar de pensar!
Cuando nos quedamos dando vueltas a los pensamientos entramos en un bucle del que cada vez nos cuesta más salir. Es lo que denominamos “efecto levadura”, el pensamiento se expande, alimenta otros pensamientos y finalmente te encuentras atrapado en la mente que se ha llenado de ideas que te llevan de un lado para otro. Terminas agotado, ansioso y sin ver la salida.
Esta es la diferencia entre el pensamiento útil y el obsesivo. Este último te empuja a una espiral de ansiedad sin encontrar ninguna solución. Pero ahora ya lo sabemos y podemos parar. Observamos. Date cuenta de la calidad de tus pensamientos: pueden ser distractores (para sacarte de tu silencio mental), tóxicos (críticos, descalificadores, pesimistas…) o útiles (te aportan soluciones, se enfocan en una acción positiva para ti y los demás). Al dar ese paso atrás los reconoces y decides: en los dos primeros casos puedes desidentificarte y tomar perspectiva, cambia el enfoque: reconoce tus emociones, respira… En el último caso, reconoce el pensamiento útil y dale su espacio para que te guíe a la acción adecuada.
Uno de los patrones que repetimos es la autocrítica. Podemos reconocer esa voz que a veces llega a ser realmente dura y que nos hace sentirnos profundamente heridos. Cuando no somos conscientes de esto tendemos a normalizarlo y actuaremos de la misma forma con los demás. De igual modo toleraremos también la conducta crítica y de reproches que ejercen personas de nuestro entorno sin que seamos capaces de poner límites
Cuando en nuestra infancia nuestros padres y profesores han intentado controlarnos o evitarnos peligros a través de la crítica nosotros interiorizamos esa voz que continúa dentro al hacernos adultos. Es lo que hemos aprendido a hacer. La sociedad también promueve la autocrítica enviándonos mensajes que nos impulsan a compararnos con los demás y validarnos en función de si nuestro cuerpo o status social se corresponde con lo que se dictamina que es la medida perfecta. Así que cuando nuestro crítico aparece mientras nos miramos en el espejo probablemente solo intenta que no suframos porque alguien nos pueda herir o rechazar. Y aquí es donde damos ese paso atrás que nos ofrece el Mindfulness y desde nuestro adulto consciente y amoroso podemos decirle a ese crítico que gracias pero que no le necesitamos
En Infosal somos conscientes de la importancia de aplicar estas técnicas en la educación y os ofrecemos los Cursos Online de Infosal Mindfulness para Niños, y Educación de las emociones: Aprendiendo a sentir
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