Artículo de Belén Chulio docente de Infosal
Los niños en edad temprana reaccionan a los estímulos del mundo exterior.
Por tanto, si vemos que un niño coge una rabieta, por ejemplo en el supermercado, no tenemos que asustarnos, no reñirle, en ese caso deberíamos:
– Situarnos al nivel del niño y no hablar desde la autoridad
– Acompañarlo en ese momento y decirle suavemente que entendemos su enfado.Es una manera de calmar al niño ante la frustración que sienten de ver tantas cosas que le llaman la atención y no poder tocarlas.
– Entender como padres como funciona el desarrollo del cerebro del niño. Un niño cuando nace tiene un billón de neuronas conectadas y trabajando de una manera explosiva y continua.
– Es mejor como padres que conectemos con nuestro hijo, que estar corrigiendo continuamente, porque les cansa y les frustra enormemente.
Ellos están intentando entender este mundo de adultos y a nosotros nos ha llevado años de aprendizaje
Entendamos pues,que la vida, con sus fases es un proceso vital.
– Importante reconocer que cada niño tiene su personalidad y hemos de respetar su forma de ser.
– Establecer unos lazos fuertes familiares para que ese niño se sienta acompañado en su desarrollo emocional y cognitivo.
Los padres nos preocupa el bienestar y educación de nuestros hijos, así que antes de reñir, gritar, respiremos un momento, y entendamos que nuestros hijos nos necesitan y tenemos que darle ejemplo, el mejor.
Artículo de Belén Chulio docente de Infosal
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