Estamos atravesando un momento muy difícil, a nivel social, enfrentando mucho dolor fuera, un desbordamiento de recursos y personal sanitario, y un futuro económico inestable. Pero también dentro del hogar, en nuestro pequeño mundo que ahora se ha reducido a unos pocos metros de obligada estancia, las cosas han cambiado. Las rutinas, los horarios, hacer malabarismos para teletrabajar mientras los niños andan por casa, atenderlos, hacer las tareas del día a día… Y si afinamos más, llegamos al otro hogar, el interior, ese que también está raro. A veces sentimos miedo, a veces tristeza, otras, alegría como cuando nos reímos o saludamos a los vecinos en nuestra cita puntual a las ocho de la tarde desde los balcones.
Ahora más que nunca, el Mindfulness nos ayuda a estar más tranquilos, más serenos, parar, respirar, estar en el presente y acoger lo que sucede dentro y fuera con compasión y serenidad.
El Mindfulness o Atención Plena es algo sencillo pero que por nuestra forma de vida hemos ido perdiendo. Se trata de vivir presentes cada momento, siendo conscientes de la tarea que realizamos plenamente. En lugar de vivir con el piloto automático puesto perdiéndonos en nuestros pensamientos, aprendemos a estar en el aquí y el ahora. Los niños también perciben los cambios y a veces se desbordan y no saben cómo manejar sus emociones o cómo afrontar situaciones difíciles. Enseñarles técnicas de Mindfulness es ofrecerles un regalo que les inspirará toda la vida. Un regalo que podemos llevar al aula cuando retomemos las clases y que nos podrá ayudar también a enfrentar las dificultades con las que nos encontremos tras la convulsa situación que estamos viviendo.
Dos de los problemas principales en el aula es el nivel de estrés de profesores y alumnos; y las dificultades en las relaciones. En el primer caso tenemos como resultado bajas laborales, desmotivación y problemas de aprendizaje en los niños; y en el segundo podemos llegar desde una falta de comunicación hasta casos graves como acoso escolar o agresiones. Ya contamos con estudios que han demostrado cómo en las escuelas que se han implantado estos programas de Mindfulness ha mejorado notablemente el aprendizaje, la atención y se ha reducido hasta desaparecer los casos de acoso en las aulas.
En países como España no está extendida la implantación de programas de Mindfulness de una forma normalizada pero esto no significa que no se pueda hacer nada. El Mindfulness puede estar implícito en la forma de resolver incidentes, como pausa para relajarnos entre clases o entrenamiento de la atención en clase de matemáticas. Es algo sencillo que como una lluvia fina va calando mientras repercute en la educación y el bienestar tanto de los niños como de los mayores.
Afortunadamente ya estamos dejando atrás el modelo obsoleto donde la escuela era un lugar para adquirir conocimiento intelectual exclusivamente. Gracias a la inclusión de las inteligencias múltiples y los nuevos enfoques de educación emocional, los objetivos apuntan a una formación integral del ser humano. El Mindfulness forma parte de esa formación, contribuyendo a desarrollar valores como la solidaridad, la compasión, la empatía y el respeto hacia uno mismo y hacia los demás.
Artículo de Elena Muñoz profesora del Curso Online.
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