En la entrada de hoy voy a exponeros cómo trabajé con una de mis alumnas. La niña protagonista de esta entrada tenía once años pero aún no sabía leer, ni por supuesto escribir. Esta característica es, sin duda, la más llamativa dada la edad que tenía, pero detrás hay otros muchos problemas, y hay dos que son los que más le condicionaban para poder afrontar el aprendizaje de la lectoescritura y que tenían que ver con la dificultad para realizar tareas que implican discriminación auditiva (le costaba hasta reconocer onomatopeyas) y habilidades metafonológicas, y una dificultad, que se puede calificar como severa, para acceder al léxico y denominar palabras pertenecientes a todas las categorías semánticas.
Cuando comencé a trabajar con esta niña, me encontré que habían estado hasta 4º de primaria “intentando” que aprendiera a leer mediante un método sintético, y no se había conseguido absolutamente nada. Yo soy defensora de los métodos sintéticos, pero todos sabemos que hay casos en los que un método sintético no es lo mejor, a tenor de las dificultades que los alumnos presentan. Bueno, pues en vista de que la niña estaba en 4º , y repitiendo, y no era capaz de leer ni escribir, qué digo leer y escribir, sólo conocía las vocales, decidieron utilizar con ella un método global, concretamente el de Monfort. Estuvieron todo el curso pasado, y en el colegio comentaban que conocía unas 40 palabras. Mientras ellos trabajaban con el método de Monfort yo reforzaba la discriminación auditiva, las habilidades metafonológicas, el vocabulario, el acceso al léxico, la memoria (también muy afectada), conceptos básicos, nociones espaciales y temporales…, porque, a todo esto, no podemos exigir a un niño, tenga la edad que tenga, que aprenda a leer, cuando ni siquiera sabe qué se hace por la mañana, por la tarde o por la noche, que no sepa contarte lo que ha hecho el día anterior o en el colegio, que no sepa contar, o no sepa identificar que elemento sobra en una categoría, que no identifique onomatopeyas, que no sea capaz de repetir palabras (cuando no hay problemas articulatorios)…. Pues bien, el curso siguiente seguimos reforzando todos estos aspectos, ante los que se han podido ver, pequeños, pero importantes avances para esta alumna, si tenemos en cuenta sus circunstancias. Y además de esto, decidí reforzar la lectura con el siguiente “método” que os voy a presentar. No es nada del otro mundo, es muy simple, pero definitivamente parece que funcionaba.
El sistema, como indica el título de la entrada, es global, pero en vez de ir trabajando palabras que contienen las distintas letras (que para ella aún no tienen significado alguno y le resulta muy dificultoso), vamos trabajando categorías semánticas. Trabajamos palabras que representan colores, animales de la granja, frutas, ropa… y ¿cómo trabajamos?
Si os dais cuenta, con este sistema, “acercamos” a la niña a la forma escrita de las palabras, a la vez que reforzamos la atención, la memoria, las habilidades metafonológicas, el acceso al léxico y las categorías semánticas.
Simple, pero completo 😉
Puedes descargar todo el material AQUI
Espero que os haya gustado la idea 😉
Artículo de Mª José de Luis Flores autora de la Psico-Goloteca y profesora de Infosal de los cursos
6 Comments
Es justo lo que estaba necesitando. Muchas gracias
Excelente, realmente funciona. Experimenté con mi sobrina y si, aprendió a leer y lo hace muy bien.
Gracias por compartir , lo voy a poner en práctica con uno de mis alumnos.
MUCHAS GRACIAS
Gracias por compartir tu experiencia y los materiales.
Como todo en la vida es necesario establecer un orden y así el cerebro aprende de manera más eficaz y consecuente quedándose lo aprendido y no olvidarlo