¿Sabías que el Apoyo Conductual Positivo (ACP) es una de las estrategias más efectivas para abordar los problemas de conducta en niños con TEA?
Estos comportamientos suelen surgir como resultado de dificultades para comunicarse, sensibilidad sensorial, cambios en la rutina o frustración al no poder expresar sus necesidades. Las dificultades para comunicarse de manera efectiva suelen generar frustración, ya que muchos niños no logran expresar sus necesidades o emociones. Además, su sensibilidad sensorial puede llevarlos a sentirse desbordados en determinados contextos. Los cambios en la rutina, la falta de comprensión social y el estrés acumulado también pueden desencadenar conductas desafiantes. Por ello, entender las causas detrás de estas conductas es clave para abordar el problema y ofrecerles estrategias de apoyo adecuadas.
El ACP ayuda a identificar las causas subyacentes de estas conductas y enseña habilidades alternativas que les permiten manejar mejor sus emociones y el entorno. Con un enfoque basado en refuerzos positivos, el ACP no solo reduce las conductas desafiantes, sino que también promueve su desarrollo emocional, social y su bienestar general.