El lunes 24 de Mayo comenzamos la nueva edición del Curso de Mindfulness en la educación y encontraréis un montón de ejercicios para enseñar a los niños y adolescentes a introducir el mindfulness en su vida. Para comenzar os dejamos este descargable gratuito con ejercicios para que les enseñéis por ejemplo a agradecer y a enfocarse en lo positivo.
Podéis descargarlo aquí Pack psicologia positiva niños
La gratitud es una de las herramientas más poderosas para despertar emociones positivas. Enfocarse en lo positivo, en lo que tenemos en nuestras vidas y que muchas veces damos por hecho nos conecta con la alegría y la felicidad. Si nos acostumbramos a ver lo bueno que tenemos y apreciar todo lo valioso que tenemos en nuestra vida diaria en la mayoría de los casos los contratiempos no nos perturbarían tanto.
Cuando practicamos la gratitud el cerebro activa las áreas de recompensa por lo que tenemos sensaciones positivas. Es un mecanismo biológico que valida la bondad y la generosidad. Según estudios realizados con resonancias magnéticas cuando se mapean estos correlatos neurobiológicos del agradecimiento obtenemos esa sensación de recompensa. El cerebro premia la bondad y se enfoca en la generosidad por lo que repercutirá también en unas relaciones sociales más estables y nutritivas.
Si ponemos el foco en lo negativo y en los problemas estas vías neuronales se fortalecerán, mientras que dirigirnos hacía lo amable, ser agradecidos llevará al cerebro a dirigirse cada vez más hacía lo constructivo, hacia lo que nos ofrece mayor satisfacción y establecemos un circuito que se retroalimenta. A mayor práctica de agradecimiento y bondad nuestras acciones serán más amables y constructivas, lo que volverá a repercutir en nuestro bienestar interno y externo.
Podemos hacer que los niños tomen conciencia de lo valioso que es aquello que por cotidiano lo damos por hecho. Se puede trabajar nombrando acciones o cosas que nos ayudan en nuestro día a día. Por ejemplo, la importancia de abrir un grifo y que haya agua, tener un lápiz para escribir, la merienda después del colegio, un paraguas cuando llueve…
Otro ejercicio muy útil es “Un momento de agradecimiento”, se puede pactar al principio o al final de la jornada o incluso en ambos. Por turnos, un número de niños cada día manifiestan tres agradecimientos. Pueden ser cosas buenas que les hayan pasado, noticias que hayan recibido, agradecimientos por el material de clase, por el sol, por la lluvia, por tantas cosas… aquí el adulto tiene que ayudar a expandir la visión del niño para que se abra a todas las posibilidades. Incluso se puede dar un giro más de tuerca y agradecer aquello que en principio parece negativo. Por ejemplo, “gracias porque me he equivocado en el problema de matemáticas porque así he podido aprender cómo se resuelve”. Todo es susceptible de agradecerse porque siempre hay un aprendizaje.
Llevar un diario de agradecimientos es sumamente enriquecedor ya que les permite ver los logros acumulados e ir a por más. Lo que comienza siendo un juego va conectando poco a poco con lo mejor de cada uno, contribuye al autoconocimiento y al desarrollo de emociones positivas.
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