Cuando somos capaces de abrir los ojos y percibir la realidad más allá de los prejuicios y miedos generados por nuestra mente y nuestra sociedad, podemos estar en paz. Cuando podemos ver la grandeza de nuestros hijos más allá de las dificultades que nos genere su situación vital podemos amar más plenamente y brindarles una mejor experiencia vital.
Las familias, y aquí podemos incluir también los cuidadores y profesores, que conviven con niños con espectro autista pasan por momentos de estrés, ansiedad, depresión y angustia. Un hijo siempre es un desafío, pero en estos casos es aun mayor. La llegada y la crianza de una hija o un hijo autista perturba la dinámica familiar y modifica las relaciones de los padres, entre ellos como pareja, en familia y en sus relaciones sociales. Pero la relación que mayormente se ve afectada es la de las madres y padres con su hija o hijo. El manual que hemos leído, las revistas, los vídeos y las expectativas sobre nuestro bebé se evaporan en el momento decisivo, nada prepara para su llegada a nuestra vida.
Mindfulness nos permite aceptar las cosas tal y como son y encontrar la belleza en ellas. No significa resignarse, sino estar presente con lo que es para abrir un espacio donde pueda surgir el regalo de cada momento. Además, permite cultivar emociones positivas y soltar aquellas que surgen en los momentos de frustración. Una de las preocupaciones más comunes en estas familias es sobre el futuro del hijo o la hija. Al enfocarnos en el ahora podemos dejar de alimentar esos pensamientos intrusivos beneficiándonos de la quietud y serenidad que nos brinda esta práctica.
Mindfulness nos ofrece una regulación emocional, corporal y mental. La práctica de la Atención Plena genera múltiples beneficios entre los que figura:
Aceptar que la situación nos desborda, que nos resulta difícil, aceptar incluso nuestra negación; y además darnos el cuidado y el cariño que merecemos es el primer paso para escalar hacia el bienestar. Entender que no estamos solos, que el sufrimiento es común a la humanidad pero que podemos encontrar la salida y ver la capacidad de amar que tenemos, eso es un regalo de la Atención Plena.
Cuando el adulto se siente más confiado, sereno y feliz puede abrirse al cuidado de una forma más plena y amorosa. Donde antes había angustia e incertidumbre se puede ir vislumbrando la oportunidad de vivir en familia con armonía. Podemos encontrar la paz y la plenitud allí donde estemos.
Artículo de Elena Muñoz Profesora de Infosal. Instructora de Meditación y Mindfulness; Facilitadora en Desarrollo Transpersonal y Especialista en Terapia Transpersonal por la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal (EDTe)
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